6 de agosto de 2010

Estrategias para un trabajo con semillas puras

* Sistemas de producción de semillas orgánicas en los que participan agricultores y consumidores en calidad de colaboradores. Formando una red de protectores locales de semillas orgánicas con pequeños agricultores urbanos, campesinos y personas interesadas.

* Cultivar semillas que potencian la cultura local, los valores éticos y la calidad de vida de las personas y los grupos. Por ejemplo mantener la asociación Maíz, Zapallo y Poroto que son cultivos ancestrales que se ayudan y complementan. La Quinoa, Chia y Kiwicha es otro trio muy importante rescatar y revalorizar.

* Semillas que aseguran el sostenimiento de los agrosistemas con heterogeneidad genética (no monocultivo).

* Semillas que aseguren el respeto al ambiente sin erosión genética (ni mejorada, ni híbridas, ni transgénicas).

* Cultivar semillas sin derechos de propiedad intelectual, ni certificación, ni permitir biopiratería por productores con intenciones productivistas ni empresas con grandes intereses económicos.

Estas últimas prácticas debilitan la fuerza de las semillas y la cultura local.

5 de agosto de 2010

Indicaciones para producir semillas naturales

Ciertas etapas deben cumplirse con dedicación

1. Siembra y seguimiento de las plantas. Elegir un suelo fertil, bien drenado, seco y con disponibilidad de agua para riego. Hay que darle el mismo tratamiento que a las plantas destinadas al consumo. Durante su desarrollo sacar, las más suseptibles a plagas y enfermedades. Dejar las mejores formadas y que tengan un visible patrón superior.

2. Cosecha. Al terminar su ciclo de desarrollo las plantas se secan. Se debe cosechar las semillas solo cuando la planta esté totalmente seca o el fruto maduro por completo. Se aconseja hacerlo en días soleados.

3. Separación. Al llegar del campo las semillas suelen estar mezcladas con otros materiales, tales como restos de vegetales, tierra, piedras y semillas de otras especies. Se debe separar estos materiales manualmente con cedazo, con el viento o con otros recursos.

4. Secado. La ausencia de humedad es fundamental para una buena conservación de la semilla. Un método simple para evaluar si una semilla está lo suficientemente seca para ser almacenada es presionarla con las uñas: si queda marcada es señal de que necesitan secarlas más. El mejor secado se realiza lentamente en un lugar ventilado, a una temperatura entre 35 y 45 ºC.

5. Selección. En esta etapa se deben retirar las semillas que tengan algún daño mancha o deterioro. Además se deben separar las de otras especies o variedades.

6. Tratamiento. Algunas enfermedades producidas por hongos o por bacterias pueden pasar a la nueva generación a través de las semillas. Algunos métodos simple como el calentamiento en agua, la fermentación o el congelamiento, pueden evitarlo.

7. Almacenamiento. Como se dijo, para una buena conservación, la semilla debe estar completamente seca. El local de almacenaje debe ser seco, fresco y oscuro. Un buen sistema es usar frascos de vidrio con tapa hermética, cerrados al vacio.