* Sistemas de producción de semillas orgánicas en los que participan agricultores y consumidores en calidad de colaboradores. Formando una red de protectores locales de semillas orgánicas con pequeños agricultores urbanos, campesinos y personas interesadas.
* Cultivar semillas que potencian la cultura local, los valores éticos y la calidad de vida de las personas y los grupos. Por ejemplo mantener la asociación Maíz, Zapallo y Poroto que son cultivos ancestrales que se ayudan y complementan. La Quinoa, Chia y Kiwicha es otro trio muy importante rescatar y revalorizar.
* Semillas que aseguran el sostenimiento de los agrosistemas con heterogeneidad genética (no monocultivo).
* Semillas que aseguren el respeto al ambiente sin erosión genética (ni mejorada, ni híbridas, ni transgénicas).
* Cultivar semillas sin derechos de propiedad intelectual, ni certificación, ni permitir biopiratería por productores con intenciones productivistas ni empresas con grandes intereses económicos.